William Patterson, de la Universidad de Saskatchewan (Canadá), y su equipo han presentado en la conferencia BOREAS celebrada en Rovaniemi (Finlandia) entre el 28 y el 31 de octubre pasados, un estudio según el cual el cese de la circulación oceánica noratlántica podría hacer que el hemisferio norte entrase en una edad de hielo en cuestión de meses. Trabajos anteriores indicaban que este proceso podría necesitar decenas de años.
Hace unos 12.800 años el hemisferio norte sufrió una mini edad de hielo, conocida como Dryas Reciente (DR) que duró unos 1.300 años. Las pruebas geológicas muestran que el DR fue provocado por una aportación repentina de agua dulce proveniente del lago glacial Agassiz en América del Norte (en el mapa; su extensión era de 440.000 kilómetros cuadrados, la superficie de Iraq), que se desbordó vertiendo sus aguas en el Atlántico Norte y en el Ártico. La cantidad de agua vertida fue tan considerable, mayor que todos los lagos actuales de América del Norte juntos, que consiguió diluir el cinturón de convección del Atlántico Norte y hacer que se parase.
Sin la influencia cálida de la circulación de este océano las temperaturas en el hemisferio norte cayeron en picado, las capas de hielo crecieron y la civilización humana, simplemente, se deshizo.
Pruebas anteriores procedentes de los núcleos de hielo de Groenlandia habían indicado que este cambio repentino en el clima tuvo lugar a lo largo de una década poco más o menos. Ahora nuevos datos muestran que el cambio fue dramáticamente abrupto, requiriendo unos meses tan solo, un año o dos a lo sumo.
Patterson y sus colegas han creado el registro de mayor resolución del DR hasta la fecha, a partir del lodo de un antiguo lago, el Lough Monreach, en Irlanda. Usando un escalpelo, las capas extraídas de su fondo fueron cortadas en microcapas de sólo 0,5 mm de espesor, lo que representa un período de uno a tres meses.
Los isótopos de carbono en cada microcapa revelaron lo productivo (cuánta vida contenía) que había sido el lago, mientras que el oxígeno daba una idea de la temperatura y del agua de lluvia caída. Al comienzo del DR el nuevo registro muestra que las temperaturas cayeron en picado y que la productividad del lago se paró en el curso de unos pocos años.
Mientras tanto, el registro de isótopos del final del DR indica que la recuperación fue paulatina, necesitó dos siglos, en vez de los diez años que mostraban de nuevo los núcleos de hielo. Lo que tiene sentido, ya que las circulaciones atmosférica y oceánica necesitarían de un tiempo para comenzar de nuevo.