Un raro pez nicaraguense ha dejado pasmados a los científicos al desarrollar una característica física completamente nueva en 100 años, desafiando muchas expectativas con respecto a lo que se estimaba que la evolución tarda en manifestarse físicamente.
Los peces, de la variedad Ciclidos de lago, viven en un remoto crater vólcanico en Nicaragua, formado hace 1800 años. A pesar de ocupar el mismo espacio que sus primos, esta variedad ha desarrollado labios gruesos, cabezas más estrechas ideales para encontrar insectos en la roca vólcanica.
Sus primos en cambio mantienen labios más finos, mandíbulas más fuertes y más cantidad de dientes para romper los caparazones de los caracoles de los que se alimentan.
La investigación, liderada por Axel Meyer de la Universidad de Konstanz en Alemania, descubrió que estos cambios se manifestaron en 100 años, cada uno de ellos correspondiendo a una generación de peces. Este descubrimiento es de vital importancia ya que a pesar de que existen numerosas teorías con respecto a cuantas generaciones se requiere para que un cambio físico sea claramente visible (van de las cientos de miles a las decenas dependiendo a quien se consulte) muy pocas veces se ha podido apreciar el proceso con tal claridad y detalle.
El proceso descubierto encaja con teorías desarrolladas en los noventa que sostienen que las especies pueden desarrollar características que las separen rápidamente, incluso cuando comparten el mismo ambiente.
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