Luke Geissbühler es un tipo corriente. Sin una formación científica especial, trabaja como cámara en unos estudios cinematográficos, le gusta la astronomía y vive en Nueva York. Ah, y tiene un hijo de siete años que se llama Max. Ambos, padre e hijo, han superado a las grandes agencias espaciales y han conseguido enviar una cámara a la estratosfera, a más de 30 km de altura. Atada a un globo y... gobernada por el GPS de un flamante iPhone 4. Querían, y consiguieron, un vídeo en el que se viera la Tierra desde fuera. LEER MÁS.
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